Por Delfi_r el jueves, 11 de Junio de 2009, 22:04 – Hombres y Mujeres – Enlace permanente
Fritz Schlumpf : autobiographie
Arlette Schlumpf Ed. La Nuée bleue, Strasbourg, 200 p., 20, 00 €
(disponible en Amazon.fr: Auto biographie – Pour l’amour de Fritz)
La esposa de Fritz Schlumpf (1906-1992), coleccionista de coches y fundador del Musée National de l’Automobile de Mulhouse, explica su vida a su lado en un relato acabado poco antes de su propio fallecimiento en mayo de 2008.
Por amor a Fritz
Una aventura de otros tiempos… En este relato finalizado poco antes de su muerte, acaecida en Mayo de 2008, Arlette Schlumpf nos explica una saga fascinante: cuarenta años compartidos con un ser excepcional, el mayor coleccionista de automóviles del siglo XX.
El industrial suizo Fritz Schlumpf (1906-1992) formó en los años sesenta un museo sin parangón, « le Louvre de l’Automobile » : quinientos coches antiguos de prestigio, entre ellos ciento cincuenta Bugatti, restaurados y presentados a la perfección en una antigua hilatura en Mulhouse. ¡La más fabulosa colección del mundo!
Pero la crisis del textil hizo que todo se complicara en 1976, originando el rocambolesco « affaire Schlumpf » : fábricas en huelga y ocupación del Museo, secuestro de Fritz Schlumpf, salida forzada a Suiza, humillaciones y persecuciones judiciales hasta el hurto legal de la colección, privándose de ella a su creador al final de una maquinación cuyo relato es como mínimo alucinante
Sin buscar responsabilidades, simplemente por amor a Fritz, Arlette Schlumpf reabre una historia molesta que aún es actual. Observadora lúcida, sensible y a menudo divertida, hace revivir la personalidad brillante del gran coleccionista, creador de una obra admirada por 7 millones de visitantes a lo largo de los últimos 30 años, y revive gracias al periodista Bernard Reumaux una historia novelesca que sin duda permanecerá en la Historia.
«Encontré a Arlette Schlumpf»
Entrevista recogida por Igor Biétry redactor adjunto a La Vie de l’Auto, publicada en LVA n° 917 16-12-1999 tomada de la web de la Fundación Schlumpf.
Por primera vez después de más de veinte años, madame Arlette Schlumpf, viuda de Fritz Schlumpf, aceptó mantener un encuentro con un periodista. La primera toma de contacto tuvo lugar, como no, en Alsacia. Era poco tiempo después que consiguiera que los tribunales de apelación franceses le reconocieran propietaria de 65 coches de la colección de su marido.
Después de varios meses de gestiones infructuosas y no recibir ninguna respuesta de los abogados de Mme Schlumpf, fue cuando estaba por renunciar que un azar me permitió encontrar Lionel Patenostre, confidente de Arlette Schlumpf : «¿Quiere encontrarse con Arlette? Intentaré conseguirle una entrevista, pero no será fácil. Mme Schlumpf no reserva lugar en su corazón para los periodistas y no puedo garantizar nada». Un mes más tarde recibo una llamada: «Todo bien, Madame Schlumpf está de acuerdo en recibiros, lee LVA y ha visto su artículo sobre la recuperación de los coches de Malmerspach…».
¡Poco me faltó para ponerme encima de la mesa del despacho a bailar!
Es en el corazón de las viñas de la famosa ‘côte de Turckheim-Trois Epis’ que Madame Schlumpf nos recibe en la villa Schlumpf. El encuentro tiene lugar en su casa en presencia de tres abogados pra evitar ninguna expresión que pueda resultar polémica.
Madame Schlumpf nos hace esperar unos minutos mientras vemos que en el jardín hay unas lámparas de un modelo que hemos visto en otra parte
«Buenos dias señor, me complace enormemente recibirle!»
Mi anfitriona está maquillada como una reina, vestida con moderna elegancia y lleva con distinción mil joyas de fantasía. Arlette es un personaje, muchas mujeres soñarían verse tan bien preservadas de la edad. Y puede que sea yo el único pero me parece que tiene algo de Brigitte Bardot.
En la entrada un Bugatti Type 52, en cada sala otro coche. Nada es de juguete. Un antecesor aquí, un Bébé Peugeot por allí o un Piccolo de principio del siglo XX al fondo. La decoración de la mansión está constituida por multitud de elementos de coches antiguos. ¡Fritz Schlumpf aún está presente, no hay duda!
– Gracias por acogernos
Sabe que para mi es muy difícil hablar con un periodista. No puede imaginar lo que algunos han llegado a escribir. Cualquiera de nuestras frases ha sido vuelta del revés de manera sistemática. Nos han arrastrado por el barro pero ahora puede que sea la ocasión de un nuevo comienzo. Si todo pasa como debe nos volveremos a encontrar. Tengo muchas cosas para decirle, sabe, y no quiero que las palabras de los Schlumpf sean tergiversadas otra vez.
Entendí claramente que esta conversación era también una prueba para mí
– Usted ha conocido los coches mas bellos del mundo, ¿Cuál prefiere?
Mi coche preferido es sin duda el 300 SL. Era realmente magnífico, con sus puertas mariposa y la manera en que mi marido lo hacía ronronear. Fritz era un buen piloto, había disputado carreras en cuesta y ganado muchos trofeos, que guardo con cuidado. Era un apasionado de la mecánica, no era raro que asistiera a las carreras para disfrutar. Me acuerdo de una anécdota con ese Mercedes…. Mi marido obtuvo el permiso de dar unas vueltas en la pista del aeropuerto de Strasbourg. El jefe de la torre de control se comprometió a avisarle con un cohete cuando hubiera que despejarla para un avión. Yo estaba también en la torre de control y viendo como el iba cada vez más deprisa, le pedí al jefe de la torre que lanzara el cohete. Fritz paró y subió la torre, preguntando porqué se había dado la señal si no había ningún avión. «No, soy yo quien ha pedido que pararas, he tenido miedo». Me sonrió y dijo: «Ah les femmes !». Nunca me lo reprochó…
Vivimos intensamente, aprendí a disfrutar de las emociones fuertes, la velocidad, y estaba orgullosa de ese hombre. Le tengo un enorme respeto, me ha hecho vivir cosas muy grandes. Incluso el asunto Schlumpf, créame, fue una maldita fuente de fuertes emociones, las cosas no han sido simples …
– Hemos oido y leído muchas cosas sobre su marido, pero ¿quién era realmente?
Mi marido tenía una fuerte personalidad. Tenía un fuerte carácter como muchos hombres. Era recto y no mentía jamás. Y so yo quien se lo dice, que viví con él, nunca dijo una mentira. siempre se comportaba dignamente, era reservado y le hacía falta conocer a la gente antes de abrirse. Es por eso que los que no lo conocían lo encontraban soberbio. Hay que saber que Fritz era un gentleman, muy educado. Era un hombre profundo y de verdadero carácter. Se dio una imagen muy mala de Fritz Schlumpf, pero yo creo sinceramente que era una persona excepcional, con un verdadero genio creador. Mucha gente lo apreciaba y cuando me encuentro con antiguos empleados me tratan con cortesía. Incluso muchos me han confesado que nunca entendieron porque hubo tal encarnizamiento con nuestra familia.
– ¿Como eran según usted las relaciones con los empleados?
A veces era duro, pero no se permitía tampoco regalos. Tenía muchas responsabilidades, se levantaba cada día a las 4 y acudía a Malmerspach, Mulhouse, dirigía sus empresas. Soportaba un stress enorme. Afortunadamente estaba respaldado por su hermano Hans, más tranquilo, y ambos formaban un buen equipo. Mi marido decía de su hermano, «es mi hermano mayor y el segundo en la empresa, pero qué segundo!»
-Usted lo acompañaba regularmente cuando iba buscar un coche ¿tiene alguna anecdota que pueda contarnos?
Me acuerdo especialmente de la vez que fuimos a buscar el Voisin C28. Pertenecía a una pareja de avanzada edad que vivían en Villefranche-sur-Mer, una casa extraordinaria. Habían escrito a mi marido diciendo que querían conocerle. Nos tomamos unos días de vacaciones pare encontrarnos con esas personas. Eran encantadores. En el momento de la venta recuerdo como el señor le dijo ami marido que sólo se lo quería vender a él. A medida que avanzaba la negociación se pusieron muy tristes. Entonces mi marido les dijo: «Escuchen, el trato no esta acabado, si tanto les cuesta venderla consérvenlo, no es ningún problema para mí». Entonces la señora se puso a llorar y dijo a mi marido «A usted, señor, no deberíamos vendérselo se lo deberíamos regalar. «Nos hace realmente felices pensar que se va con usted!».
Como esta pareja de Villefranche, mucha gente no quería vender sus coches más que a él. Hay que decir que era un auténtico apasionado. Además era un coleccionista visceral. Cuando era más joven fueron las mariposas, los soldados de plomo y los sellos de correos. Le gustaban las cosas bellas del pasado, también le gustaban las motos. Entonces cuando llegó al apogeo de su carrera, como PDg de las fábricas de Malmerspach, no tenía mas que 32 años, se puso a coleccionar automóviles. Podría haber coleccionado cualquier otra cosa y sin duda le habría dado menos disgustos, pero que quiere que le diga, su pasión eran los bellos automóviles
– Cuál fue el primer coche que le conoció
El primer coche de colección que le ví era un Buick negro, con neumáticos con flancos blancos. También recuerdo que salíamos con un Bugatti carrozado. Era negro y amarillo.
– Un Type 57 ?
Si, ¡ese es!
– Estos automóviles forman parte de la colección de Mulhouse, ¿que piensa de las reformas que se están haciendo ahora?
No quiero hacer declaraciones sobre este tema. La sola cosa que estoy en condiciones de decirle es: ante todo, el tribunal de apelaciones de Paris ha impuesto una serie de obligaciones que actualmente son violadas, además se transforma completamente el museo y se atenta contra la imagen que Fritz y Hans Schlumpf le habían conferido, transformando la concepción y el recuerdo que habían dejado en él. Mantengo todas mis reservas sobre estas violaciones y así lo hacen mis abogados.
Creo que si mi marido hubiera tenido a su lado un hombre de leyes como el que ahora me acompaña, las cosas no habrían seguido los derroteros que siguieron. No creo que se nos hubiera expoliado, como así sucedió.
– Sin embargo tiene ganas de decor algunas cosas…
Yo tengo un profundo respeto por mi marido. Sin duda no era perfecto, también tenía defectos. No quiero hacer de él ni un martir ni un mito, pero quisiera que dejaran de embarrar su memoria y que no se olvide que si la colección Schlumpf está en Mulhouse es únicamente porque él escogió esta villa en la medida que quería homenajear a su madre, Jeanne que era de Mulhouse. Acaso sus lectores no saben que mi marido había recibido propuestas estratosféricas de casi cualquier parte del mundo para trasladar su colección. El quiso que se quedara en Mulhouse y es por eso quisiera que allí se respete la obra de mi marido, su memoria y su colección.– ¿Y los automóviles de Malmerspach ?
¡Para mí éstos son mis coches del año 2000! He recibido más de cincuenta propuestas de todo el mundo: EE.UU., Suiza, Alemania y Francia, por supuesto. Contrariamente a lo que los periodistas han anunciado, los coches no salieron hacie el extranjero, todavía se encuentran en Francia y tengo la intención de darme un poco de tiempo para reflexionar sobre su futuro. Sabe, mi marido terminó transmitiéndome el virus de los coches antiguos, y leo regularmente La Vie de l’Auto
– Acaba de crear una Asociación ?
Exactamente, se trata de la Asociación de la Fundación Colección Schlumpf. Su objetivo es perpetuar la memoria de Fritz Schlumpf y defender su trabajo. Sin duda las cosas se irán definiendo mejor, incluyendo un sitio web en el que los coleccionistas de todo el mundo todo podrán comunicarse conmigo y dar su apoyo.
Para concluir, quisiera decirle que si todo debiera repetirse, lo repetiría sin dudarlo nu momento. Estoy orgullosa de ese hombre. Lucharé hasta el final para que se respete su memoria y su genio creador. A pesar de todo no tengo nada contra nadie, a mi me gustan las cosas simples de la vida, y a mi marido también le gustaban. tiene que saber que cuando estábamos en Malmerspach, Fritz tenía en el parque 70 cabritillas y cervatillos que venían a comer de su mano. Era una de sus máximas satisfacciones, y desaparecieron en circunstancias muy tristes.
– Muchas gracias madame Schlumpf por acogernos en su casa.
Estoy contenta, es la primera vez que acepto una conversación con un periodista, espero que vuelva. Simplemente necesito que pase un poco el tiempo, no es facil para mi abrirme. Pero para los lectores de La Vie de l’Auto, ún tengo bonitas historias de automóviles por contar.
Como describir la pasión de estos dos hermanos que, en los tiempos en que los coches antiguos se trataban como chatarra, tuvieron la idea de comprar, reparar y restaurar en todo su valor 437 coches representado la epopeya del coche europeo de lujo.
El conjunto de esas joyas, dispuestas por grupos sobre gravillas lavadas, recorridas por avenidas pavimentadas de color tierra siena y todo dispuesto en una sala de 17 000 m2 de una sola planta, iluminada por 845 farolas idénticas las del puente Alexandre III de París, y todo sonorizado por un órgano mecánico Mortier contemporáneo a los coches, es dar forma a un sueño.
Su obra, memoria para las generaciones futuras, está presente para siempre en el Cité de l’Automobile – Musée National – Collection Schlumpf , en Mulhouse. Alsacia. Fijaros que el domino oficial de la colección es www.collection-schlumpf.com
Arlette Schlumpf, la viuda del industrial; y coleccionista Fritz Schlumpf, falleció el 16 de mayo de 2008 en el hospital de Colmar. Tenía 76 años y era originaria de Meurthe-et-Moselle.
La colección de Malmerspach fue puesta a la venta y ha vuelto en su casi totalidad a los USA, por que efectivamente estaba compuesta de la mayor parte dela colección Shakespeare que Schlumpf compró en 1964
Comentarios
1. El viernes, 12 de Junio de 2009, 09:53 por Juanslot
Conocía la historia de los hermanos Schlumpf, pero desde luego era de otra manera.
Un hombre obsesionado con los Bugatti de una forma enfermiza que era capaz de comprar una colección completa para tener otro Bugatti más, la gente lo sabía y le hacía pagar cantidades estratosféricas por simple chatarra, algo que los hermanos justificaban diciendo que con los coches que les sobran estaban haciendo una colección de automóviles a la mayor gloria de Mulhouse. Esa obsesión le llevó a arruinar sus empresas y a dejar cientos de familias en la calle, una cosa es coleccionar y otra es acaparar.
No se puede culpar a los textiles asiáticos de la bancarrota de un grupo de empresas cuando sus propietarios están recorriendo el mundo buscando chatarra (bella pero chatarra), en lugar de ponerse al timón e intentar restructurarlas.
Resumiendo una vergüenza aunque su viuda se empeñara en decir que era un hombre genial y todo dulzura, bla, bla, bla… Un libro que no me llevaría a casa ni regalado.
2. El viernes, 12 de Junio de 2009, 12:11 por Delfi_r
Precisamente me he dado el enorme trabajo de traducir la entrevista completa, que data de 1999 cuando el tema se empezó a encauzar judicialmente con el reconocimiento de la propiedad de los coches de Malmerspach para que, esa historia que se conocía como tu la cuentas, se conozca como fue y no como les gustaría a algunos que hubiera sido, todo para justificar lo que los tribunales han declarado injustificable.
Lo he puesto claro al final: el museo se llama oficialmente Cité de l’Automobile – Musée National – Collection Schlumpf , está en Mulhouse. Alsacia, esa ciudad que a. Fijaros que el dominio oficial de la colección es www.collection-schlumpf.com. Eso da a entender que la historia tal como la cuentas ya no se tiene en sí.
Que la crisis de 1977 no tuvo que ver nada con la mala administración sino que fue algo general puede leerse en las hemerotecas y para una muestra unos botones
En Aslacia traía cola bien avanzado 1980
En Cataluña fue especialmente importante pero también en Colombia
Este blog intenta no repetir lo que se lee en foros y otros sitios de internet. Procuro documentarme y contrastar, aunque cometa errores, los intento corregir. Del libro supe por Memoire des Stands, el mejor blog de automovilismo europeo, los que en el escriben vivieron el asunto en su momento y lo han seguido, no hablarían del libro si fuera tan despreciable como lo pintas.
Y los Schlumpf no compraban chatarra, sino que compraron a buen precio todo lo que se les ofreció, y lo que hacían era público, la adquisición de la colección Shakespeare mereció páginas enteras que reproduciré en otra entrada. La leyenda urbana que cuenta como los trabajadores descubrieron la colección por casualidad es falsa e interesada.
La historia del automovilismo clásico está llena de leyendas urbanas y errores garrafales. Recientemente me reí del Bugatti Atalante ‘descubierto’ en un garaje, cuando la dirección de ese garaje estaba en libros y revistas. Mas cerca en el tiempo hemos visto subastar sin éxito un coche mítico al que se le atribuían resultados cambiados con otro, claro que nadie lo compró.
Unos amigos acaban de constituir una asociación de historiadores del automovilismo para fomentar una aproximación veraz y documentada a los hechos del pasado reciente. Pronto hablaré de ella.
Tengo más artículos sobre falsas historias, si mis lectores quieren los publicaré. Si el trabajo que da componer artículos como éste se salda con comentarios despectivos sobre personas que no pueden defenderse o mi propio trabajo, tendré que pensarme muy en serio qué estoy haciendo.
3. El domingo, 14 de Junio de 2009, 01:24 por juanslot
Si lo que estás diciendo en tu último párrafo es que me «meto » con alguien porque no puede defenderse, el que dejará de opinar soy yo. Sobre tu trabajo, no lo critico, expongo mi criterio, mis ideas o la información de la que yo disponía hasta ahora y que si mal no recuerdo leí en la revista nacional Motor Clásico. A las mismas fuentes me remito para decir que compraban lotes enteros por una única pieza sin importar el estado del resto del lote.
Sobre la responsabilidad de la crisis en el ocaso de las empresas familiares, no lo digo yo, sino «gente» que defiende los «intereses» de la familia o que trata de hacerlo. Y para muestra aquí tienes un botón si con mi parco inglés yo no ho he entendido mal: http://www.bugattirevue.com/revue35/malmer.htm
Un saludo4. El lunes, 22 de Junio de 2009, 11:23 por Delfi_r
He recibido el libro y leído las partes que interesan, además de consultado otras fuentes: desde 1990 está meridianamente claro que el Affaire Schlumpf fue una farsa y quien entre esa fecha y hoy publicara algo en otro sentido, además de mal informado puede considerarse falaz. Eso va por cierta revista que se menciona y el autor del articulo que se cita como autoridad.
El tema lo desarrollaré con más profusión. si el estado francés se vio obligado a llamar Collection Schlumpf a lo que antes llamaron Musée National, y quisieron ocultar como ‘Cité de l’Automobile’, es porque todos los tribunales le quitaron la razón al cúmulo de mentiras que se había tejido para dársela. Seguir insistiendo en ellas dice muy poco de quien las repite.
Este blog ha evolucionado mucho en estos casi tres años. No publico cosas largas sin datos, y si eso contradice algo publicado puede ser un error mío, y lo corrijo cuando lo observo, pero si insisto es por algo, no lo hago sin motivo.