Por Delfi_r el martes, 7 de Abril de 2009, 00:23 – Coches Clásicos – Enlace permanente
Entre 1909 y 1910 Hispano-Suiza se embarcó en un ambicioso programa de competiciones de ‘voiturettes’, coches de menos de 750 kg y en un principio de menos de 2000 cm3, pero que tenía una normativa muy laxa y que Marc Birkigt aprovechó para construir el arma perfecta: el motor de 4 cilindros y 65mm de diámetro y una carrera de 200 mm, con una cilindrada total de 2665 cm3 que proporcionaba 45 CV a 2300 rpm (algunos dicen que 60 CV en el banco).

Las victorias en Ostende y en Boulogne sur Mer en la Coupe de l’Auto sobre los Lion-Peugeot se debió a la regularidad y fiabilidad de los motores más que a la velocidad punta, pero las carreras siempre las gana el que llega primero no el que marca la vuelta rápida.

Esas victorias se produjeron en el mismo momento que se presenta la sede francesa de la compañía. Los Hispano Suiza serán a partir de ese momento más franceses que españoles.

En 1911 se inició la comercialización en forma ‘civil’ del Cr45 recibiendo la denominación ‘Alfonso XIII’.
Se trata del mismo chasis corto de 2400 mm o los largos de 2660 y 3000 mm con motores civilizados de 80*180 (3416 cc) pero a veces también con el de 70 o 90 mm de diámetro (3416 o 4588 cc).

Este coche se caracteriza por ser el primero que luce la marca en el radiador.

Este bello ejemplar está presente en la exposición The Chequered Flag que puede visitarse en Espai Motor Vallès, de Montmelò hasta el 16 de Mayo.
