Primera victoria de Schumacher en Ferrari, según Viladelprat

Por Delfi_r el viernes, 15 de Enero de 2010, 18:30 – Hombres y MujeresEnlace permanente

Schumacher GP de España 1996

El volante de Michael

JOAN VILADELPRAT

No habíamos aún empezado la temporada 1994. Estábamos haciendo las pruebas previas y Michael Schumacher, como pasa siempre con todos los pilotos, no estaba cómodo con el asiento ni con el volante. Aunque no era mi responsabilidad, me dediqué en persona a trabajar aquel volante hasta que a Michael le pareció cómodo. Tanto fue así que, pese a que los pilotos suelen cambiar de volante cada dos carreras, Michael lo usó durante todo ese año, en el que logró su primer título. Fue su amuleto.

Cuando fichó por Ferrari en el 96, le vendimos el coche con el que había sido campeón en el 94. Pero le pusimos otro volante. Me negué a darle aquél. Primero, por las horas que yo había pasado trabajando con aquel chisme hasta que quedó perfecto. Después, porque, si era su amuleto, no iba a dejárselo yo, para que nos ganara con su nuevo Ferrari. Así que lo tengo en mi casa.

Desde que Michael llegó a Benetton, nos dimos cuenta de que tenía unas facultades increíbles. Fuera del coche era un chico normal, pero con el volante era especialmente rápido. Recuerdo, por ejemplo, cuando llegamos a rodar al pequeño Silverstone. Era el primer día en el que él se montaba en el monoplaza. Nosotros teníamos a todo un campeón del mundo como Nelson Piquet. Pues Michael rodó ese mismo día ¡medio segundo más rápido que los tiempos de Piquet!

El éxito de Benetton en aquellos tiempos fue la estabilidad. Creo que ésa es también la clave del triunfo de Ferrari. Cuando yo estuve en la escudería italiana, recuerdo que siempre faltaba alguien que mandara de verdad. Al final, el que de verdad podía tomar las decisiones era Agnelli, pero estaba demasiado lejos y ocupado con demasiadas cosas. Entre medio había una serie de personas, pero en la Fórmula 1 hay que tomar muchas veces decisiones inmediatas. En aquellos años, la presión popular era enorme, supongo que como ahora. Pero esa presión hacía que se cambiara a las personas constantemente. ¡Era como en el fútbol! No teníamos un Frank Williams, ni un Ron Dennis. Vivíamos en constante inestabilidad. Así era difícil conseguir buenos resultados, porque repito que en la Fórmula 1, como en todo, es necesario apostar por un proyecto y tener paciencia y confianza.

En Ferrari no ha pasado esto hasta que llegó Luca di Montezemolo. El ha aguantado a Jean Todt a pesar de la presión de los resultados. Todt cometió algunos errores cuando llegó, pero pudo trabajar con garantías. Después llegó Michael, y convenció a varios técnicos de Benetton para que se fueran con él. ¡Nos dejó en cuadro! Y, ya con Schumacher, Montezemolo todavía ha sabido aguantar con paciencia mientras cada año eran segundos. El resultado es el exitazo de este año.

Es difícil tratar de explicar lo que significa este triunfo de Ferrari después de 21 años. No es sólo importante para el automovilismo, sino también para el deporte. Puedes viajar por todo el mundo. Puedes ir a Africa y preguntar allí: saben que Ferrari es un coche rojo que corre mucho.

Toda Italia estaba pendiente ayer por la mañana de Japón. Ferrari es lo más grande de Italia, después del Papa y de la selección de fútbol. Ferrari es el lujo, la tradición. Es increíble el tirón que tiene y lo que han tenido que vibrar los italianos del país y los que han emigrado. Ferrari es como la bandera de Italia, es su representación.

Es una pena que en España nadie haya seguido el ejemplo de Ferrari. Que ninguna empresa haya invertido para capitalizar un éxito así de grande en un mundo tan importante. La Fórmula 1 no es sólo un deporte. Según las audiencias de televisión, es lo más importante después de los Juegos Olímpicos y los Mundiales de fútbol. Pero tiene un matiz muy superior al fútbol o el atletismo. Un atleta hace publicidad. Pero un coche de Fórmula 1 no sólo lleva anuncios para que se lean, sino que además lo hace en la vanguardia tecnológica. Excepto los aviones de guerra, no existe un mundo tecnológicamente tan sofisticado como la Fórmula 1. Las empresas de vanguardia y todo aquél que quiere demostrar que es competitivo tecnológicamente, lo hace sobre uno de los 22 coches más rápidos y sofisticados.

Ferrari ha vuelto a conseguir ser la punta de lanza de este club de alta tecnología. Se ha gastado una fortuna, seguro. Pero lo que va a recoger es el calor de un país que lo adora y mucho más: la aureola de que la tecnología italiana está en cabeza.

Joan Viladelprat fue jefe de mecánicos de Ferrari desde 1987 a 1989 y después fue team manager de Benetton en los dos años (1994 y 95), en los que Schumacher fue campeón.

En la actualidad dirige Epsilon Euskadi, la más importante iniciativa española para poner en marcha una actividad industrial en el automovilismo de punta. La decepción por no haber conseguido la deseada plaza para poner un coche español en la F1 no lo ha alejado de la competición. Nunca deberemos olvidar que logró que un coche español disputara las 24 Horas de Le Mans 

Este artículo fue publicado cuando en el GP de Japón de 2000, Michael Shumacher se proclamó campeón con Ferrari por primera vez.

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