Shelby Cobra Daytona 2ª parte

Por JorgeLuis el lunes, 20 de Abril de 2009, 20:09 – Slot y Sport AutoEnlace permanente

Tras presentar las características e historia deportiva del Shelby Cobra Daytona Coupe, hora es de centrarnos en las magníficas reproducciones que el fabricante Revell/Monogram hizo en el año 2003 de este extraordinario automóvil, siendo el primer modelo elegido para su reentrada en el mundo del slot, tras años de ausencia.

Esta plataforma sostiene que cualquier amante de los clásicos y de la competición histórica debe agradecer que exista un fabricante como Revell, empeñado en recuperar para la vitrina o para jugar en la pista (según la elección de cada aficionado) vehículos tan significativos como éste, a los que hacen compañía los Shelby Mustang GT, los Chevrolet Corvette Grand Sport, los Porsche 550 spyder o los Jaguar E-Type, entre otros muchos ejemplos. La elección del Shelby Cobra Daytona Coupe como modelo a reproducir no es extraña, si se tiene presente que Revell/Monogram tiene una trayectoria histórica comparable a marcas como Cox, Eldon o Stormbecker, fabricantes con quienes se disputaba el mercado juguetero allá por los años 60, y gusta de imprimir a todas sus creaciones un sabor añejo, imperecedero, que se percibe desde la misma funda de cartón que envuelve a la caja de metacrilato (con esa fotografía de fondo de las gradas de un circuito) hasta la elegante peana sobre la que se fija el coche.

Otro factor que cualquier coleccionista debería reconocer con gratitud es la (loable) ausencia de explotación del molde por parte del fabricante, que nos evita reiteradas y cansinas decoraciones dirigidas a exprimir el bolsillo del aficionado. Probablemente sea el resultado de la propia elección del modelo, del que solo se construyeron seis unidades en la realidad, pero, sea como fuere, Revell limita al (muy abarcable) número de cuatro las decoraciones ofrecidas hasta la fecha:

Con la Rfa. 08351, el CDC con el dorsal #5#, ganador de las 24h de LeMans en 1964, pilotado por Dan Gurney y Bob Bondurant:

Con la Rfa. 08352, el CDC con el dorsal #13#, vencedor en Daytona en 1965, pilotado por Jo Schlesser y Hal Keck:

Con la Rfa. (americana) de Monogram85-4860, el CDC ganador de la prueba de las 12h de Sebring de 1965, con Bob Bondurant y Jo Schlesser al volante. Este modelo viene en una lujosa caja de coleccionista, y fue comercializado como una edición limitada de 6.000 unidades:

Por último, la Rfa. Monogram (en USA) 85-4853, que reproduce el CDC pilotado por Bob Bondurant y Jochen Neerspasch con el dorsal #54# que ganase en la clase GT en Nurburgring en 1965, quedando en el séptimo puesto absoluto:

Afortunadamente para mí, reúno en mi colección los cuatro modelos, que lucen juntos así de bien:

En previos análisis que la P.R.I.C.A. ha realizado de modelos de Revell, hemos destacado los excelentes y bien proporcionados moldes, la profusión de detalles tanto en el interior como en el exterior y el inmejorable acabado, con una pintura perfecta y una tampografía irreprochable. Pues bien, nuestro protagonista no solo no es una excepción, sino que por ser el primero podríamos decir que implantó los altos estándares de calidad de reproducción a que nos tiene acostumbrados este fabricante.

Ya sea en el color azul pálido del ganador de LeMans de 1964, o en el más oscuro azul eléctrico de los tres restantes modelos, la pintura está perfectamente aplicada, sin grumos ni «piel de naranja». Por su parte, la tampografía es nítida, no transparenta el color de la carrocería y aún en los sponsor más pequeños, es perfectamente legible, como puede apreciarse en la placa de matrícula trasera:

(los Cobra Daytona Coupe de Revell: perfecto acabado y todo un festival de detalles)

A pesar del gran parecido en la decoración de unos y otros, pueden observarse algunas diferencias entre ellos, además de los obvios dorsales distintos, como en la decoración de la parte trasera, en las llantas, y en la mayor o menor profusión de sponsor (nula en el #5# de LeMans 1964, casi inexistente en el #54# de Nurburgring 1965, y más abundante en el #13# de Daytona y en el #15# de Sebring). El gran parecido entre estos dos últimos (ambos con llantas pintadas de blanco) se debe a que se trata en realidad del mismo coche (el chasis CSX2299), pero con algunos patrocinadores más en la carrera de Sebring.

Del acierto del molde no puede dudarse, bastando comparar fotografías del modelo real y de su reproducción en slot para comprobar cómo los modelistas de Revell han sabido captar a la perfección las sinuosas formas del modelo 1:1 y su curiosa forma truncada en la zaga:

(Modelo a escala y original frente a frente: las proporciones del coche de slot son perfectas)

Aunque por su largo morro y sin otro vehículo al lado que le sirva de referencia, el CDC parece más grande de lo que es, el vehículo solo mide 130 mm, lo que a escala 32 veces mayor se traduce en 4,16 mts, calcando prácticamente el tamaño real del modelo 1:1. Su peso se fija en unos 85 gramos (mi báscula no es de precisión colorao ), lo que no es excesivo, pero tampoco muy ligero, si tenemos en cuenta lo pequeño del coche.

La carrocería es un verdadero festival de detalles, reproduciendo cada toma de aire, los tirantes laterales que sujetaban el capó, los faros carenados y un sinfín de pormenores, destacando como piezas independientes en el exterior el limpiaparabrisas, los tubos de escape laterales dobles y el cromado tapón de llenado del depósito, situado en la aleta trasera derecha. La exquisita ejecución de las ventanillas, con su abertura corredera dentro del cristal y las tomas ttraseras de aire en plexiglás para facilitar la ventilación del coche dan la justa medida del mimo con que ha sido fabricado. Por su parte, llantas y neumáticos no desentonan del conjunto: sean de color aluminio o pintadas de blanco, están exquisitamente reproducidas, con todos sus huecos de ventilación y la tuerca central de palometa, al igual que los neumáticos, disímiles en tamaño tal y como sucede en el vehículo original (son más grandes y anchas las gomas traseras), que llevan tampografiadas la marca del fabricante (Goodyear) y una fina línea decorativa azul.

(Detalle de las llantas y neumáticos)

Puestos a sacar algún defecto, se echan en falta los derivabrisas de plexiglás situados en los marcos anteriores de las ventanillas (francamente frágiles si se instalasen en el coche de slot), y es también criticable el hueco donde está situado el tapón de llenado del depósito, que era algo más grande y profundo en el modelo 1:1.

¿Y qué decir del interior? El excepcional nivel de detalle prosigue aquí, donde en una bandeja completa que puede desmontarse de la carrocería para hacerla pieza independiente, hallamos un bien proporcionado piloto de cuerpo entero, dos asientos individuales, un tablero completo con toda la instrumentación tampografiada, volante, espejo retrovisor interior, palanca de cambios y extintor, con un arco de seguridad antivuelco tras de los asientos y hasta una rueda (real) de repuesto sobre la bandeja trasera: no se puede pedir más …

El detalle llega hasta el rostro del piloto, tocado con un clásico casco y con los iris de los ojos pintados, que juraría guarda cierto parecido con Dan Gurney:

(Abajo, el ganador de la prueba de LeMans en 1964 en la clase GT, Mr. Dan Gurney. Arriba su alter ego a escala 1:32)

Dejemos de recrearnos en los aciertos estéticos del fabricante para pasar a examinar las tripas de nuestro coche. La carrocería se sujeta al chasis mediante cuatro tornillos situados en los extremos delantero y trasero del automóvil. Los tornillos traseros sujetan además una pieza de carrocería correspondiente a la zaga del bólido, por lo que no pueden ser aflojados so pena de permitir que la pieza «baile» y roce con las ruedas traseras. En suma, de basculación no andamos precisamente bien. bronca

Visto desde el exterior, el chasis nos recuerda vagamente a uno de Carrera, sobre todo por el imán deslizable.

La guía, aunque dotada de un buen margen de giro lateral y un aceptable retorno o autocentrado, se encuentra quizás algo retrasada, haciendo que la batalla (distancia de la guía al eje trasero) sea de tan sólo 78mm. Descubriendo su interior, y como ya anunciara la visión del chasis desde abajo, nos encontramos con un motor situado en la parte delantera en posición longitudinal, que ataca la corona a través de un largo cardán, calcando así la disposición mecánica del modelo 1:1. Vemos, pues, que Fly no es la única marca que tiene esta manía.

(Arriba: despiece de la carrocería tras separarla del chasis. Abajo: colocación del motor y su engranaje a la transmisión)

Piñón y corona están realizados en material plástico y engarzan sin holguras. Del motor de caja corta, tipo Mabuchi, no he podido encontrar información alguna sobre su rendimiento, pero por la agilidad con que mueve el coche, es de suponer que no será inferior a 18.000 rpm.

Vamos con el comportamiento del coche:

éste es seguramente el punto más flojo de esta reproducción, pues todas sus características tienden a perjudicarlo (guía retrasada, vías estrechas, motor en posición delantera). De la mecánica lo mejor que se puede decir es que es de funcionamiento silencioso, y que nos ahorra los molestos crujidos y chirridos de otros fabricantes, lo que probablemente se deba al excelente ajuste de la transmisión y a la firme sujeción de la mecánica al chasis. El agarre de los neumáticos, rallados y no muy anchos, es bueno cuando cogen temperatura. Con el imán puesto y en su posición más retrasada, el coche se muestra rápido (aunque no rompe cronos) y seguro, con más tendencia al subviraje (hace rectos) que al sobreviraje (derrapadas con la trasera), y conviene tomar las curvas con calma. Sin imán el coche es otra historia, aunque no es completamente ingobernable. En tal modo de uso, es recomendable suprimir la rueda de repuesto, que supone un peso extra a gran altura, elevando el centro de gravedad del vehículo y perjudicando (aún más) su comportamiento.

El Shelby Cobra Daytona Coupé de Revell es, en resumen, una maravillosa reproducción de un gran GT clásico, asociadoa nombres tan evocadores como LeMans, Sebring o Daytona, que nos trae el recuerdo de tiempos pasados y nos hace imaginar el olor a gasolina y grasa en el pit lane y el rugido de aquellos motores. Quizás nos de cierta prevención hacerlo correr en la pista de casa y es casi inimaginable encontrarlo en un club, pero en mi opinión no debería faltar en ninguna vitrina.

Jorge Luis

NOTA: P.R.I.C.A Plataforma para la Reproducción Inmediata de los Coches Americanos

Este conjunto de aficionados al slot saluda la proliferación de repercusiones al slot de los más significativos representantes. Una segunda parte de este artículo hablará de ellas.

Comentarios

1. El jueves, 23 de Abril de 2009, 23:29 por joan-er-cunyao

Wenas!!!! Bonito coche u gran artículo de JL….. Gracias por comaprtirlo.

adeu y gassss2. El miércoles, 13 de Mayo de 2009, 11:49 por Jorge Luis

Siempre es un placer colaborar con el amigo Delfi, y su atractivo blog tiene un notable eco, del que la P.R.I.C.A. se beneficia inmerecidamente. De hecho, a la vista de los numerosos coches clásicos americanos que Revell, Superslot o Carrera han presentado recientemente y los que anuncian para fechas próximas tengo a veces la impresión (seguramente falsa) de que se nos lee desde lejos, muy lejos de aquí. En cualquier caso, entradas como ésta, pese a su menor interés que los análisis de las novedades, permiten recordar modelos que serán clásicos de coleccionismo del slot en no mucho tiempo, y adentrarnos también en la siempre apasionante historia del automovilismo deportivo.

Gracias a Delfi por su generosidad.